viernes, 19 de noviembre de 2010

Lost in la mancha

Perdidos en la Mancha es la historia de una película que no existe. En lugar de echar un vistazo tras las escenas, ofrece una mirada única y profunda a la más dura realidad de hacer una película. Con dramas que van desde los conflictos personales a tormentas épicas, esto es una constatación de la desintegración de una película. En Septiembre de 2000, cuando las cámaras empezaron a rodar la adaptación de Terry Gilliam de Don Quijote, la producción ya había tenido un pasado con altibajos, incluyen-do diez años de desarrollo del proyecto, una serie de productores y dos intentos previos de empezar la película. Gilliam ya había conseguido la difícil tarea de financiar los 32 millones de dólares de presupuesto en Europa, una proeza que le daría libertad frente a las restricciones creativas de Hollywood. Al poco tiempo de empezar la producción llegó el desastre: inundaciones que destruyeron los decorados y dañaron los equipos de filmación; el actor principal enfermó seriamente; y en el sexto día de producción la película se hundió. Únicamente después de que las cámaras hubieron parado de rodar, el documental continuó grabando. En la mayor tradición de las filmaciones de documentales, "Lost in La Mancha" captura todo el drama de esta historia a través de la cámara al hombro y entrevistas en el lugar y momento. Los planes de Gilliam para la película no existente tomaron vida en animaciones de sus storyboards, narrados por el co-escritor Tony Grisoni y el mismo Gilliam. Y con las pruebas de cámara de los actores principales y las primeras pruebas de solamente seis días de rodaje, "Lost in La Mancha" ofrece una visión atractiva del espectáculo cinematográfico que hubiera podido ser.


No hay comentarios: